La mirada como conocimiento


ansel_adamsUna de las funciones de la cámara fotográfica es la de ayudar al sujeto que la utiliza a interiorizar el mundo, a asimilarlo, a comprenderlo. Piaget, a través de su teoría ontogenética, propuso en su día que los sujetos necesitan ordenar y categorizar el mundo para que se desarrolle su inteligencia. Piaget se refería sobre todo al mundo natural. Otro autor, en este caso Vigotsky, se preocupaba también por el mismo tema, pero a diferencia de Piaget, él estaba interesado por la manera en la que el niño interioza el mundo social y cultural. Por tanto, ambas teorías son complementarias. pues el individuo necesita conocer los dos contextos. Lo más interesante es que las dos concepciones proponen que el desarrollo de la inteligencia está relacionada con la adquisición del conocimiento. El infante al interiorizar el mundo y hacerlo suyo, gracias a los procesos de percepción, atención y memoria, lo comprende mejor y ello le ayuda a aumentar su conocimiento. Lo importante para la fotografía es que una gran parte de esa información se procesa a través de la visión, la cuál es, por tanto, una herramienta fundamental para la adquisición del conocimiento.

La inteligencia a menudo, además de con el lenguaje, trabaja con imágenes para la construcción de ese conocimiento, pero las imágenes se desvanecen rápidamente. Desde la perspectiva del autor de este bloc, la aparición de la fotografía en el siglo XIX permitió que esas imágenes se fijaran, de tal manera que a partir de ese instante la fotografía se convirtió en una herramienta psicológica fundamental que permitía obtener el conocimiento con mayor facilidad. A partir de ese momento la interacción del sujeto con el medio, tanto natural como social, cambio radicalmente: el tiempo se podía congelar y los acontecimientos que trascurrían en el también.

elliot_erwitSusan Sontag (2005) comenta en su obra “Sobre la fotografía” : “Las fotografías son quizás los objetos más misteriosos que constituyen, y densifican, el ambiente que reconocemos como moderno. Las fotografías son en efecto experiencia capturada y la cámara es el arma ideal de la conciencia en su talante codicioso… Fotografiar es apropiarse de lo fotografiado. Significa establecer con el mundo una relación determinada que parece conocimiento, y por lo tanto poder” (pag. 16).

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Sontag, S. (2005) Sobre la fotografía. Madrid: Alfaguara

* La primera foto es de Ansel Adams

** La segunda fotografía es de Elliot Erwitt

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La mirada como conocimiento

La pistola de Tomás el «mirón»


pistola“Siempre me pareció que la fotografía era una cosa traviesa; para mi fue uno de las aspectos favoritos – contó Diane Arbus -, y cuando lo hice por primera vez me sentí muy perversa”. pag. 28. Esto es lo que cuenta Susan Sontag para introducir el tema de la perversión en la fotografía en su libro titulado “Sobre la fotografía”. El aspecto perverso que según la escritora se puede destacar de la fotografía, tal vez tiene que ver con las fantasías sexuales que algunos fotógrafos sienten detrás de sus cámaras, en el caso de que éstas (las fotografías) resulten verosímiles e inapropiadas al mismo tiempo. Sontag señala, a modo de ejemplo, dos películas que podrían confirmar su afirmación. En “Blow-up” Antonioni muestra al fotógrafo de modas fotografiando convulsiva y compulsivamente el cuerpo de Verushka, pero según Sontag esta actividad no es realmente apropiada para un acercamiento sexual, pues la cámara marca distancia entre el fotógrafo y la modelo. “La cámara no viola, ni siquiera posee…” (pag. 29) pues las relaciones sexuales necesitan que no haya distancia entre los cuerpos. Seria ésta por tanto una fantasía sexual más que una realidad sexual, aunque sin suma importancia ya que es perfectamente “verosímil”, pero no “inapropiada”. Sin embargo, Sontag en el texto continúa con un ejemplo de otra fantasía mucho más “inapropiada”.

En la película “Peeping Toom”, de Michael Powell, un mirón psicópata fotografía mujeres con una cámara en la que hay una arma escondida con la cual las asesina. Las mujeres son fotografiadas mientras mueren, pero jamás las toca, solamente le interesa la foto. La agonía de las mujeres es lo que observa en las fotografías que ha tomado, y es la que desencadena en el fotógrafo, en su casa, su goce solitario. Sus fantasías, continúa la escritora, están ligadas a una correspondencia entre la impotencia y la agresión, y son permitidas por el uso de la cámara, que viene a suplir al falo. De hecho la cámara a menudo es un substituto del mismo, incluso para muchos fotógrafos mucho más cercanos al fotógrafo de Antonioni que al de Powell.

En el lenguaje fotográfico se ve a menudo el uso de esa metáfora cuando se habla de “cargar la cámara”, “apretar el disparador”, etc. La cámara es un arma al igual que el pene del cuál también se puede decir que “dispara”, “escupe plomo”, “mata a la otra”, “el pistolón”, etc. Muchos fotógrafos inevitablemente sienten esa fantasía con la cámara, la mayoría de las veces sin ser conscientes de la misma. Tal vez no la sienten con la muerte o la agresión, pero si con el sexo, aunque la agresión y la muerte están muy a menudo cerca del sexo. No en vano ya Freud decía que el sexo y la muerte son las dos caras de una misma moneda.

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Sontag, S. (2005) Sobre la fotografía. Madrid: editorial Alfaguara

* Foto de Jan Saudek

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La pistola de Tomás el «mirón»